Tendencias y decoración

La ciudad de los inmigrantes

Cada año más de 100 mil nuevos habitantes llegan a vivir a Toronto desde los más diversos rincones del planeta, haciendo de esta ciudad un centro de acogida que se traduce en una definida personalidad cosmopolita. Tolerancia, educación y apertura son las claves que definen su éxito como la ciudad más diversa del mundo.

Por Alfonso Bezanilla desde Toronto, Canadá.

Kensington es por estos días, el barrio de moda de Toronto y es durante cada domingo donde demuestra su supremacía. Este momento de gloria se debe a su combinación de habitantes jóvenes, artistas y hippies eternizados en la venta de ropa usada, junto a la de latinos que le dan sabor y alegría a este lugar. Ambas fuerzas conviven en armonía y se potencian las unas a las otras, representando sin quererlo, el verdadero espíritu de la ciudad canadiense: su multiculturalidad.

Toronto cuenta con un título sorprendente: es la ciudad más diversa del mundo, el cual fue otorgado por la BBC de Londres, tras un estudio que tuvo como objetivo revelar cuantitativamente y cualitativamente cuál era la metrópolis donde habita un mayor número de culturas, credos religiosos, sexuales y políticos, donde estos a su vez pueden expresar libremente su identidad.

No es sorpresa entonces, que haya sido Toronto la elegida, ya que según el censo canadiense del 2006, aquí se hablan 140 idiomas y casi 200 dialectos, los cuales son practicados como lengua principal en más del 46% de los hogares. Otro dato estima que más de la mitad de su población ha nacido fuera de Canadá y que cada año más de 100 mil nuevos inmigrantes llegan a habitarla de manera definitiva.

Esta fusión idiomática y étnica se ha transformado así en la gran riqueza -y particularidad- de la capital de la provincia de Ontario, una verdadera Torre de Babel con historia invertida, donde a diferencia del fatalista final bíblico, aquí los habitantes parecieran entenderse y convivir en armonía más allá de cualquier barrera cultural.

Barrios, no guettos

Hoy, una visita a Toronto puede transformarse en un viaje express alrededor del mundo y no sólo a través de ejercicios tan básicos como tomar el metro, donde en cada vagón se pueden distinguir al menos diez etnias diferentes, sino que basta con turistear por sus barrios, para conocer las raíces culturales de muchos de sus habitantes.

“GreekTown”, “Little India”, “Chinatown”, “Koreatown”, “Little Italy” o “Little Portugal”, son sólo un pequeño ejemplo de barrios que representan la gran diversidad de la ciudad y si se quiere ir un poco más allá, se puede llegar a rincones escondidos que pocos conocen: ¿Un pequeño Malta?, ¿Un barrio polaco?. Basta explorar un poco más y ahí aparecerán en la ruta con sus propios restaurantes, un templo religioso o un almacén con productos típicos.

“La gracia de nuestros barrios étnicos es que se abren a la ciudad. Aquí todos podemos recomendar un buen restaurant vietnamita, japonés o etíope, porque los hemos visitado incluso antes de que se pusieran de moda”, cuenta Abdul Khaleqestudiante de medicina de padres sirios pero nacido en Canadá, quien aporta con otra clave: “Los barrios de inmigrantes aquí son un regalo para la comunidad, muestran su identidad con dignidad y orgullo y así son recibidos por todos”, concluye Khaleq.

El respeto es ley

¿Cómo Toronto ha llegado a transformarse en la ciudad emblema de la multiculturalidad y de la tolerancia racial? Canadá tiene las reglas claras: la herencia cultural de sus habitantes se respeta y se celebra, lo cual está escrito en lo que es conocido como Act. 1988, en el cual se protege la herencia cultural de sus habitantes. El objetivo de esta regulación es la protección del legado étnico de cada uno de sus ciudadanos, lo cual a la vez busca estimular la implementación de programas multiculturales y actividades con instituciones privadas y gubernamentales.

Teniendo esto en cuenta, es común que en Toronto -que podría ser tomada como la ciudad emblema de esta voluntad canadiense-  siempre esté pasando alguna manifestación cultural como un festival, una celebración patria o un carnaval, el cual se toma las calles invitando a todos a celebrar el momento.

Y si bien las leyes que promueven el respeto a la identidad cultural de cada canadiense, son claras y puestas en práctica por la mayoría de la población, el control de cualquier acto xenofóbico o de agresión racial es algo que se lleva a cabo desde la educación primaria: “Aquí a los niños les enseñan desde chicos en sus escuelas a respetar y a valorar el origen del compañero de al lado, además es muy mal visto que alguien haga cualquier tipo de burla racial por el del lado”, cuenta Julio Muñoz, chileno que vive en Toronto desde hace más de 30 años, quien también cuenta que es la misma gente la que termina castigando cualquier inicio de racismo “simplemente te miran muy feo”, explica el chileno empanada en mano, desde su mesa en el restaurant Jumbo.

Muñoz viene con su familia de vez en cuando para conectarse orgullosamente con Chile, necesidad que según él, se agudiza en meses como septiembre. Este acto de conexión con sus raíces es algo que agradece tener en Toronto, ya que “la sangre tira, aunque hayan pasado 30 años”. Y que la “sangre tira” lo saben bien la mayoría de los toronteanos y por eso aquí este espacio para expresar ese sentimiento será siempre bienvenido y jamás juzgado.

Cómo llegar:

  • Air Canada (aircanada.com) vuela cuatro veces por semana(domingo-lunes-miércoles y viernes) y desde la primera semana de noviembre y hasta fines de marzo también vuela los sábados. Desde los USD$ 877 aprox.
  • Información sobre calendario cultural, transporte, y sitios imperdibles: seetorontonow.com
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